Contentas de reencontrarnos celebramos con un cafecito y trazamos los lineamientos de la actividad de este año.
Seguimos con la novela histórica, que nos entusiasma a todas, y sobre todo historias que transcurren en nuestra provincia.
Para esta primera lectura la hemos elegido a Mabel Pagano, escritora que si bien no es cordobesa es argentina,- de la Provincia de Buenos Aires- ha sabido recrear con sus investigaciones históricas y su gran imaginación un personaje inolvidable como el de Lorenza Reynafé.
El Libro se llama:
Lorenza Reynafé o Quiroga La Barranca de la Tragedia.
De Mabel Pagano
La novela está resuelta en tres partes.
1ra Parte: La Vida.
Capítulos del 1 al 4.
Cap. 1: mayo 1868/noviembre 1799.Cap.
2: septiembre 1807. Cap. 3: Enero 1813. Cap. 4:
Abril 1818.
2da Parte: El
Duelo. Capítulos del 5 al 8.
Cap.5: Mayo 1829. Cap.6: Julio
1832. Cap.7:
Septiembre 1833. Cap.8: Noviembre 1834.
3ra Parte: La
Tragedia. Capítulos del 9 al 12.
Cap.9. Agosto 1835. Cap.10:
Marzo 1836. Cap.11.
Octubre 1837. Cap.12: Mayo 1868/Noviembre 1799.
En la Primera parte de la novela la autora recrea el quehacer cotidiano de
las primitivas estancias del norte cordobés,
Desde las últimas décadas del siglo XIII hasta la segunda mitad del
siglo XIX. La vecindad de Los Manantiales con Santa Catalina, “aquella inmensa
estancia que perteneciera a los padres Jesuitas antes de que fueran expulsados
en el año 1767, es una referencia valiosa a falta de un mapa de la zona que
hubiera sido muy útil para ubicarnos.
Y en ese escenario transcurre la historia de esta familia que comienza
con el encuentro en la tranquera de Los Manantiales de Guillermo Reynafé –
aquel irlandés rubio, aventurero y audaz, conocido y esperado en todas las
estancias porque sabía marcar un límite o redactar un contrato, dar un
diagnóstico indicando el remedio adecuado, teniendo además gran conocimiento de
las cosas de la Iglesia que le permitía bautizar niños en peligro de morir- y Claudia Hidalgo, la hija menor de Don
Nicolás el dueño original de Los Manantiales.
Al casarse con Claudia Guillermo tomó las riendas de la estancia.
Tuvieron 12 hijos, pero solo 9 llegaron a adultos, los otros murieron
muy chicos.
Los 9 hermanos eran: José Vicente, Juana María, Lorenza, Guillermo,
María del Rosario, Micaela, José Antonio, y los mellizos Antonio Isidoro y
Francisco Isidoro.
Llevan una vida sencilla y tranquila repartida entre las labores de la
estancia, las devociones, visitas y fiestas familiares. Transcurre el tiempo
para los Reynafé como para la Patria.
La estancia familiar se multiplica, se diversifica, la niñez pasa, viene la juventud, se repiten los
viajes a la capital de la provincia, las inquietudes políticas se filtran en la
paz de las tareas del campo, y mientras la generación anterior decae, el
destino de los hermanos fija sus respectivos rumbos: la administración
económica, el claustro, las armas, la política.
A un pie de igualdad con los varones, Lorenza, obligada por las
circunstancias, comienza a desempeñar el papel de sostén espiritual y material
de la familia, donde la enfermedad, la vejez y la muerte cobran sus primeras
víctimas. Aunque aquí vemos que la verdadera víctima de esta situación familiar
es Lorenza, que posterga su vida personal, sus sentimientos, sus anhelos, por
la dedicación a la familia, donde c/u se ocupa de sus cosas cargando sobre las
espaldas de Lorenza las responsabilidades no solo de los intereses de todos
sino también debe ocuparse de los intereses personales de cada hermano.
Esta primera parte nos ubica en el seno de la familia Reynafé y en los
momentos históricos de la patria.
En nuestro próximo encuentro comentaremos la primera parte: La Vida